martes, 15 de noviembre de 2016

Sierra de Caldereros (Guadalajara)

Martes 15
Inicio ésta crónica en Gallocanta. He llegado ya en noche cerrada a mi habitual lugar de pernocta. Ahora mismo ,las 21:30,la temperatura exterior es de apenas 5º por lo que el resto de la noche y madrugada se anuncian frías.

Mañana me dirigiré desde aquí hacia Campillo de Dueñas,localidad próxima pero ya en Guadalajara,donde pretendo dejar la furgo e iniciar una ruta por la Sierra de Caldereros,rindiendo visita especialmente al Castillo de Zafra.

Por el momento no tengo más que narrar....

Miercoles 16
Me despierto con el mercurio haciendo esfuerzos por no bajar de 0º.La mañana es sin embargo soleada e invita al paseo.
Así que después de desayunarme tomo la impedimenta  apropiada (pelliza,bufanda,guantes y bastón) y me acerco hasta la Ermita del Buen Acuerdo.
La escasez de agua es notoria y en consecuencia no se manifiesta el bullicio de otros otoños. El silencio se rompe tan sólo de tarde en tarde por un graznido lejano ,heraldo de alguna de las pocas grullas que parece haber. En cualquier caso para calibrar la cantidad de ellas habrá que esperar al atarceder,momento en que retornen de sus correrías por los campos.



A media mañana tomo la carretera dirección a Campillo de Dueñas,distante apenas 30 Km.
La localidad es pequeña pero tiene la particularidad de que el cauce del arroyo que la atraviesa ,huérfano de agua por cierto en ésta época, está canalizado con unos bonitos muros de piedra. Estas obras siempre dan  empaque y categoría  como muestran las instantáneas





La Iglesia parroquial es de proporciones colosales!


Tras un ligero almuerzo,a las 13:30 dejo la furgo estacionada a la sombra e inicio la ruta. Tengo por delante 6Km de un amplio camino pedregoso y siempre en ascenso.


Recorridos unos 2Km. y abandonados ya los campos de labor,me sorprende una bonita zona recreativa rodeada de un corro de altos robles.


Ya próxima la cumbre el bosque de robles y encinas se hace más tupido y sobre él asoman las caprichosas formas de areniscas y conglomerados que caracterizan ésta peculiar Sierra de Caldereros.



El camino alcanza la cumbre y la atraviesa por la trinchera que se aprecia en la imagen, en la que también se puede ver asomar timidamente las torres del castillo.


Unos pocos centenares de metros en ligero descenso nos acaban de acercar al precioso Castillo de Zafra. La zona de aparcamiento al final del camino está afortunadamente desierta. Me habría resultado insoportable encontrar algún vehículo . Entiendo que mucha gente no quiera ó no pueda caminar 12 km cuando puede arribar facilmente en coche pero justamente por ello intento visitar éstos lugares en dias no feriados










Jueves 17
Ha sido un gran acierto tomarme éstos dias de asueto. La climatología está resultando muy benévola  y hoy ha amanecido un dia espléndido,soleado y con una temperatura muy agradable para éstas alturas del Noviembre,teniendo en cuenta que estamos en una de las zonas más frías de la península.

Tras el desayuno he permanecido en Gallocanta hasta media mañana;he empleado el tiempo fundamentalmente en revisar mi correo electrónico y en reclamar algunos pagos pendientes,especialmente a un moroso recalcitrante.

Verdaderamente me encantaría ser un pequeño rentista (soy muy frugal y no necesitaría un gran rendimiento en mis rentas) pero no siendo ese el caso y dado que el horizonte de la jubilación es incierto y lejano,he decidido autoprejubilarme y trabajar unicamento lo justo y necesario para mantenerme dignamente. Así puedo emplear mi tiempo en cosas más agradables cómo lo es el pasar unos dias en éstas tierras que me son tan queridas.

Escribo ésto en La Yunta ,un pueblo vecino a Campillo pero en el que a diferencia de aquel sí que hay buen ADSL...y eso que apenas les separan 4 ó 5 Km. 

Campillo de Dueñas no sólo es la puerta de acceso a la Sierra de Caldereros (qué encantadora sierra de bolsillo  he descubierto !!) sino que también alberga la Laguna Honda,que a la sazón se divisaba en lontananza desde las alturas a las que ascendí ayer.
Así que siguiendo la llamada del agua arribé hasta ella a mediodia.
La tarde se ha mantenido radiante y hasta calurosa. Dejo aquí éste testimonio gráfico de los encantos del lugar. 










He tenido toda la tarde frente a mí,en la riba opuesta a una bandada de grullas que se solazaban en unos campos y que al atardecer han levantado el vuelo hasta Gallocanta,sin duda. Calculo en línea recta unos 20 Km de trayecto...


La formación instantes después del "despegue" ....


... y al cabo de un rato  ya organizando  su característica disposición en punta de flecha


He dejado atrás la Laguna al atardecer,aprovechando ya las últimas candelas que nos ha dado por hoy Helios. Verdaderamente he sopesado hasta el último momento la posibilidad de pernoctar allí,pero finalmente he decidido retornar a La Yunta y estacionar en una plazuela discreta pero en pleno "downtown" ,frente al Ayuntamiento e  Iglesia parroquial y junto a la báscula municipal y un torreón de planta cuadrada,vestigio tal vez de alguna pretérita fortaleza de las que proliferaban en ésta tierra de frontera..




Viernes 18

Parte meteorológico : Se mantiene la bonanza. A las 8 de la mañana el mercurio se enfila hasta los 8º .Cielo parcialmente cubierto.
Como ando escaso de provisiones había decidido desplazarme hasta Molina de Aragon (apenas a 20 Km de aquí) para avituallarme.Sin embargo  primero la furgoneta del carnicero y después la del pan han hecho innecesario el viaje. Pan no he necesitado adquirir porque todavía queda parte de la pieza de a kilo de elaboración propia con el que inicié el viaje....pero me he dado un dulce capricho e forma de madalenas y bizcocho.


Al carnicero no le he hecho mucho gasto: una cuña de queso,algo de salchichón y unas tiras de panceta que he frito y que junto con par de huevos también fritos y algo de arroz hervido  han constituido mi delicioso e hipercalórico almuerzo.

Tras el ágape tomo la impedimenta de caminar y dejo atras el exiguo caserio yuntero;cruzo el arroyo a cuyas ribas se alza el escueto arbolado de éstos parámos y paso junto al pairón ó cruz de término que proclama mi abandono del municipio.

Salgo al espacio abierto,eterno, de la inmensa llanura cerealista.Un complejo entramado de caminos permiten el acceso a cada parcela a los enormes tractores y cosechadoras.


Transito sin un destino definido,simplemente disfrutando del placer de ambular por éstas soledades. Donde otros vean tal vez un paisaje desabrido  yo encuentro la grandeza de lo elemental.


A lo lejos el caserío de Campillo y más allá la Sierra protegida por un dosel de nubes grises.Rememoro con  una cierta nostalgia los momentos pasados en aquellas cumbres dos dias atrás. 


Me reintegro a La Yunta accediendo por la zona recreativa junto al arroyo.



Y alcanzo finalmente la Plaza Mayor  que me cobija en éstos dias.



Sábado 19
Abandono La Yunta y tomo la carretera hacia Setiles. En dos anteriores ocasiones he visitado las minas de Sierra Menera , en su vertiente turolense de Ojos Negros y hoy podré hacer lo propio con las cortas que hay en el término de ésta localidad guadalajareña.
La mañana, espléndida  una vez más, hace muy agradable el paseo. Tras recorrer apenas un Km,la primera parada es para contemplar la Laguna,escasa de agua por cierto y las zonas recreativas anejas.



El camino rodea el humedal y mi ambular provoca que unas decenas de ánades que se cobijaban entre los cañizos y espadañas, levanten el vuelo temerosos a la par que indignados.
Sigo avanzando por un paisaje de suaves colinas en las que todavía permanece el rastrojo tras la  siega.




Tras recorrer unos 5 Km,ignoro los numerosos avisos que conminan a no franquear  el paso y alcanzo por fin el yacimiento.



La corta es muy profunda. Observe el lector el pequeño tamaño que tienen en ésta vista los ánades que chapotean  en el lago que se ha formado en el fondo.






Aunque a pequeña escala,muy lejos desde luego de la actividad de antaño, la producción sigue como atestigua la presencia de una excavadora y otra maquinaria para cribar y triturar el mineral (limonita,como pude leer en un viejo taco de recibos de entrega que encontré por el suelo). 






Tras unas horas recorriendo éste escenario sugerente deshice el camino y retorné a Setiles.
En la vista que se me iba ofreciendo al aproximarme se apreciaba una curiosa armonía y regularidad en las construcciones.









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